Antonio martes, 2 de marzo de 2010


“No intentes tocar la cámara que te mato”

El 23 de febrero de 1981 pasó a la historia de nuestro país como uno de los días más truculentos de la recién estrenada democracia. El asalto al Congreso de los Diputados fue una de esas escenas que aun permanecen muy presentes en la memoria de todos los españoles, tanto de aquellos que lo vivieron en directo como de aquellos que aun no habían nacido por aquel entonces y supieron del suceso más tarde. Del 23F conocemos a Tejero, la famosa frase de “Quieto todo el mundo”, la imagen de Suarez, Carrillo y Gutierrez Mellado aguantando de pie ante la presencia intimidatoria de la Guardia Civil y tantas muchas otras pero siempre gracias a la pericia, la valentía y el engaño de un operador de cámara de Televisión Española, Pedro Francisco Martín. Para muchos fue el verdadero protagonista de esta velada y es que fue capaz de engañar a la Guardia Civil que de muy buenos modos (“No intentes tocar la cámara que te mato.. desenchufa eso”) le sugería que cortara la emisión. Pedro Francisco Martín consiguió engañarles y dejar encendida la cámara durante 35 minutos haciendo llegar las imágenes a la oficina de Televisión Española en Prado del Rey. Gracias a este gesto de valentía la señal llegó a todos los españoles que pudieron saber que sucedía realmente en el Congreso. La labor del reportero y de la propia cámara hizo que se convirtieran en los verdaderos protagonistas de una de las noches más angustiosas y dramáticas que se recuerdan en España en los últimos 30 años. 


Sobrevive gracias a un iPhone y una cámara réflex

El cineasta norteamericano Dan Woolley permaneció tres días sepultado bajo los escombros del hotel Montana durante el terremoto de Haití

El pasado mes de enero, el artista Dan Woolley se hallaba en Puerto Príncipe realizando un documental sobre la pobreza cuando fue sorprendido en su hotel por el seísmo. Quedó atrapado bajo los escombros con una pierna fracturada y un grave sangrado en la cabeza.

Llevaba consigo su ropa, su cámara réflex y su iPhone, y esto le fue más que suficiente para esperar las 64 horas que transcurrieron hasta que el equipo de rescate consiguió sacarle de allí.

Con la cámara réflex hizo fotos a su alrededor para conocer la gravedad de sus heridas y poder saber que tenía cerca y si tenía alguna vía de escape. Finalmente encontró el hueco del ascensor donde aguardó su rescate. Una vez allí utilizó la aplicación Pocket First Aid and CPR de su iPhone. Ésta es una aplicación de primeros auxilios con un coste de activación de 2.99€. Gracias a ella pudo tratar su pierna con un torniquete que hizo con su camiseta y una media que paró temporalmente el sangrado de su cabeza. También configuró la alarma de su teléfono para que sonara cada 20 minutos impidiéndole que se durmiera y cayera en shock.

Esta noticia ha tenido un efecto muy positivo en el número de descargas de esta aplicación, que los usuarios pueden conseguir en desde la "App Store" del teléfono o vía iTunes en este enlace.
 

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